
Nosotros en cambio somos chapuzas nacionales en éstas lides.
La gran diferencia radica en que aquí los sindicatos viven a cuerpo de rey a costa de los diferentes gobiernos que los embadurnan de sueldos de ministros y en Francia los sindicatos viven de las aportaciones de los trabajadores, con lo cual, no se deben a ningún partido político y no pueden perder su "status".
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