Manolo López dijo...
Por qué no tocan las campanas
Se han quedado sordas las mañanas
¿ Que las noches no son apacibles ?
Por qué nos quitan lo que es nuestro
Que se dediquen a rezar un Padrenuestro
Y no nos toquen más las narices
Sus neuronas se quedan sin bíceps
De tanto prohibir y prohibir
Por qué no nos dejan vivir
En paz con nosotros mismos
Que no nos quiten nuestras cosas
Que nos dejen el olor de las rosas
Que se olviden de tanto despotismo
Que prohíban el oleaje del mar
Que se abstengan de tanto snobismo
Que pongan ventanas al cielo
Que no dejen a los pájaros trinar
Que prohíban pisar por el suelo
Que le pongan puertas al campo
Que den más vueltas que un trompo
Que sepan quién es quién
Y ya puestos también
Que saquen del almacén
Unas gotas de cordura
Que hagan entrar en razones al cura
Que no se dejen arrastrar por la locura
Que prohíban los “Todo a cien”
Y además, puestos ahora
Que nos dejen escuchar las horas
Como siempre las hemos escuchado
Con el tañer de las campanas
Por las tardes, noches y mañanas
Para dejar de estar preocupados
Y que los toques de los cuartos
Nos alegren con encanto
El caminar de los días
Que dejen que sus neuronas se frían
En el fuego eterno del infierno
Pues parecen paquidermos
En vez de hombres ilustrados
Parece que estén varados
En un dique seco sin ideas
Cuando hablan nos cabrean
De manera soberana
Y ya no nos da la gana
De vivir en la desgana
Del que hagan lo que quieran
Que dejen tocar las campanas
Con su toque majestuoso
A la Misa de las ocho
O a la Misa del Gallo,
Y si no, cuando toquen a entierro
Que vaya el bufón de la corte
Paseando por el pueblo
Anunciándolo con un cencerro.
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