Si partimos de la base de que el ARO C.E. es una institución privada y la Escuela Municipal de Fútbol es una entidad municipal, su funcionamiento debería de ser diametralmente distinto, complementario, pero distinto. En el caso de nuestra Escuela Municipal de Fútbol, ni es un funcionamiento distinto, ni mucho menos es complementario.
Hablemos de la Escuela Municipal de Fútbol.
Hay varias preguntas al respecto:
- Si los padres pagamos, ¿ Por qué algunos de nuestros hijos no juegan casi nada ?
- ¿ Por qué casi ninguno de nuestros chicos llega al primer equipo ?
- ¿ Por qué da la sensación de que juegan los hijos de los padres que se quejan ?
- ¿ Por qué da la sensación de que sólo juegan los que caen bien ?
- ¿ Por qué son titulares indiscutibles los que faltan a uno o varios entrenamientos semanales?
- ¿ Por qué hay distinciones entre “As” y “Bes” cada año, y la ropa nueva de los “Bes” siempre es la última en llegar ?
- ¿ Por qué a chicos de primer año se les pone directamente al equipo de segundo año sin tener la edad ?
- Al hilo de la pregunta anterior. ¿ Por qué a chicos de segundo año se les pone directamente en el equipo de primer año ? Condenándolos a estar siempre en equipos de segundo año. Es decir, se les hipoteca su futuro deportivo.
A todo lo anterior no me vale, al igual que a varios padres, la respuesta amparada en la asquerosamente manoseada técnica individual o tácticas de juego. A cada uno de los que les gusta el fútbol, son entrenadores en potencia. Les aseguro que en mis tiempos de ir al campo, hace unos años, lo mas comentado entre los padres, como fácil solución para eludir las discrepancias, era formar dos equipos por edades: primer año y segundo año. Se acabó con el enfrentamiento y con los malos rollos. Constato por los comentarios de los padres a los que ahora les toca ir al campo, que siguen los mismos problemas año tras año: diferentes niños, diferentes padres, mismos problemas.
La única realidad palpable es que es una “Escuela Municipal” y que por lo tanto y al estar pagada, en parte, directamente por los padres, y pagada, en parte, directamente con nuestros impuestos, a los niños que no saben hay que enseñarlos. Esa es la razón principal y primordial de ser de una Escuela Municipal. Hay que competir, no digo yo que no, pero hay que formarlos y enseñarlos. Esa debería de ser la esencia de una Escuela Municipal de fútbol. Y en nuestro caso, les aseguro, que no es así, que no se cumple con ésta premisa imprescindible. Y es una pena.
Otro día hablaremos de los “Padres Maradonas” y de los “Padres Entrenadores”. Estos si que tienen migas………….y haberlos haylos……….
Hablemos de la Escuela Municipal de Fútbol.
Hay varias preguntas al respecto:
- Si los padres pagamos, ¿ Por qué algunos de nuestros hijos no juegan casi nada ?
- ¿ Por qué casi ninguno de nuestros chicos llega al primer equipo ?
- ¿ Por qué da la sensación de que juegan los hijos de los padres que se quejan ?
- ¿ Por qué da la sensación de que sólo juegan los que caen bien ?
- ¿ Por qué son titulares indiscutibles los que faltan a uno o varios entrenamientos semanales?
- ¿ Por qué hay distinciones entre “As” y “Bes” cada año, y la ropa nueva de los “Bes” siempre es la última en llegar ?
- ¿ Por qué a chicos de primer año se les pone directamente al equipo de segundo año sin tener la edad ?
- Al hilo de la pregunta anterior. ¿ Por qué a chicos de segundo año se les pone directamente en el equipo de primer año ? Condenándolos a estar siempre en equipos de segundo año. Es decir, se les hipoteca su futuro deportivo.
A todo lo anterior no me vale, al igual que a varios padres, la respuesta amparada en la asquerosamente manoseada técnica individual o tácticas de juego. A cada uno de los que les gusta el fútbol, son entrenadores en potencia. Les aseguro que en mis tiempos de ir al campo, hace unos años, lo mas comentado entre los padres, como fácil solución para eludir las discrepancias, era formar dos equipos por edades: primer año y segundo año. Se acabó con el enfrentamiento y con los malos rollos. Constato por los comentarios de los padres a los que ahora les toca ir al campo, que siguen los mismos problemas año tras año: diferentes niños, diferentes padres, mismos problemas.
La única realidad palpable es que es una “Escuela Municipal” y que por lo tanto y al estar pagada, en parte, directamente por los padres, y pagada, en parte, directamente con nuestros impuestos, a los niños que no saben hay que enseñarlos. Esa es la razón principal y primordial de ser de una Escuela Municipal. Hay que competir, no digo yo que no, pero hay que formarlos y enseñarlos. Esa debería de ser la esencia de una Escuela Municipal de fútbol. Y en nuestro caso, les aseguro, que no es así, que no se cumple con ésta premisa imprescindible. Y es una pena.
Otro día hablaremos de los “Padres Maradonas” y de los “Padres Entrenadores”. Estos si que tienen migas………….y haberlos haylos……….
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